domingo, 28 de septiembre de 1997

Tres lecciones corporativas

LECCIÓN 1

Un cuervo estaba sentado en un árbol, sin hacer nada en todo el día. Un conejito vio al cuervo y le preguntó: "¿Podría yo tambien sentarme, sin hacer nada, todo el día?"

El cuervo respondió: "Claro. ¿Por qué no?"

El conejito se tumbó a la sombra del árbol y se puso a descansar.

De repente apareció un zorro...Saltó sobre el conejo y se lo comió.

Moraleja: Para poder estar sentado sin hacer nada...debes estar sentado muy, muy alto

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LECCIÓN 2

Un pavo estaba hablando con un buey.

- "Me encantaría ser capaz de subir a lo alto de aquel árbol", dijo el pavo, "pero no tengo la energía suficiente".

- "¿Por qué no comes alguno de mis excrementos?" - contestó el buey. "Son muy ricos en nutrientes".

El pavo le hizo caso y comprobó que realmente le aportaba la suficiente energía para alcanzar la primera rama del árbol. Al día siguiente, después de una nueva ración, alcanzó la siguiente rama.Pasado un tiempo, el pavo logró subir hasta lo más alto. Rápidamente fue localizado por un granjero. El granjero disparó al pavo y éste cayó del árbol.

Moraleja:
Comer mierda te puede llevar a lo más alto...pero no te garantiza quedarte allí


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LECCIÓN 3

Un pajarillo volaba hacia el Sur durante el invierno. Hacía tanto frío que el pajarillo se congeló y cayó al suelo. Mientras yacía en el suelo, una vaca se acercó... y se cagó encima del pajarillo.

"Arropado" por la boñiga de vaca, el pajarillo comenzó a sentirse calentito. De hecho, la mierda le estaba haciendo revivir. Sintiéndose calentito y feliz, pronto se puso a cantar.

Un gato que por allí pasaba, le oyó y se acercó a investigar. Siguiendo la música, el gato descubrió al pajarillo debajo de la boñiga, lo sacó de allí y... ¡se lo comió!

Moralejas:
No siempre el que "te caga encima" es tu enemigo.
No siempre el que te "saca de la mierda" es tu amigo y, sobre todo...
Cuando estés "de mierda hasta las orejas", mantén la boca cerrada.

jueves, 7 de agosto de 1997

Ocho métodos matemáticos infalibles para cazar a un león


  • El método de la geometría de inversión: Pon una jaula esférica en mitad de la selva. Enciérrate dentro de ella. Haz un inversión con respecto a la jaula; ahora el exterior está dentro de la jaula, con TODOS los leones, y tú estás fuera de la jaula.

  • El método de la teoría de la medida: La selva es un espacio separable, por tanto existe una sucesión de puntos que converge al león. Seguimos estos puntos silenciosamente para acercarnos al león tanto como queramos, con el equipo adecuado, y lo matamos.

  • El método topológico: Observamos que el león tiene por lo menos la conectividad de un toro, por lo tanto lo podemos llevar a un espacio cuatridimensional, y lo manipulamos para hacerle un nudo cuando lo devolvamos al espacio tridimensional. Estará indefenso.

  • El método termodinámico: Construimos una membrana semipermeable, permeable a todo excepto a los leones, y la paseamos por la selva.

  • El método de Schroedinger: En todo momento existe una probabilidad de que el león esté dentro de la jaula. Ciérrala y siéntate a esperar.

  • El método de la geometría proyectiva: Sin pérdida de generalidad, podemos ver el desierto como una superficie plana; proyecta esta superficie sobre una recta, y luego proyecta esta recta sobre un punto dentro de la jaula; el león habrá sido aplicado al interior de la jaula.

  • El método de Bolzano-Weierstrass: Divide la selva en dos partes, y vállalas. El león tiene que estar en una de las dos partes; vuelve a dividirla en dos, construyendo una valla por la mitad, y procede iterativamente construyendo vallas que dividan en dos la zona en la que está el león. Finalmente, tendrás al leon encerrado por una valla tan pequeña como quieras.

  • El método de Peano: Construye una curva de Peano que recorra toda la selva. Esta curva puede ser recorrida en un tiempo arbitrariamente pequeño, así que lo único que tienes que hacer es coger una lanza y recorrer la curva en un tiempo menor al que tarda el león en moverse una distancia igual a su tamaño.

sábado, 21 de junio de 1997

Orígenes del apellido Freire

Hay varias teorías relacionadas con el orígen del apellido Freire. A continuación reproduzco algunas de ellas, extraídas del sitio web http://www.genealogiafreire.com.br y otros.



El apellido Freire tiene su orígen en Galicia (España), más concretamente en la provincia de La Coruña y probablemente en Betanzos, ciudad situada a unos 23 km de La Coruña. El apellido proviene de una orden de caballeros medievales: Sacerdotes guerreros, a los cuales se les atribuyen numerosas y diversas actividades, desde arqueólogos en el templo de Salomón en Jerusalén, arquitectos y constructores  de las catedrales góticas y de numerosos castillos y fortalezas. Además de sabios, místicos, diestros marinos, hábiles comerciantes, creadores de la nota de cambio (actual cheque), y dueños de un tesoro notable debido a sus flotas de barcos y negocios de comercio.

Datos históricos apuntan a que fueron formados ideológicamente por Bernardo de Claraval, un religioso de la orden cisterciense, alrededor del 1119.

A Bernardo se le consideraba secularmente como uno de los últimos druidas (hombres sabios de la antigua Irlanda)  o bien que en su formación habría tenidos influencias druídicas.

Freire fue una orden de caballeros sacerdotes también conocida popularmente como ‘templarios’ o ‘caballeros del templo de Salomón’ (en gallego, "freire" significa "fraile"). En sus inicios fueron considerados una orden al margen de la sociedad pues no pagaban impuestos y solo obedecían al Papa de la época  separándose de la sociedad común.

Después de un poco mas de 200 años los ‘freires’ fueron declarados fuera de la ley y perseguidos por la Iglesia católica  pues se consideraba ‘herejía’  que tuviesen trato con musulmanes, judíos, persas y miembros de otras religiones y filosofías  ‘enemigas de la santa iglesia’ , pues en vez de ‘combatirlos’, los tenían como a iguales.

Su ultimo líder, Jacques de Molay, fue muerto en la hoguera en 1314 y  los caballeros Freires se dispersaron por el orbe. Algunos se asentaron al sur de Europa en al frontera de Portugal y España, otros se asentaron en Escocia y muchos se sumaron a otras ordenes de caballeros de la época.

Traen por armas: De sinople, una banda de oro engolada en cabezas de dragones del mismo metal. Bordura de plata con el lema en letras de sable "Ave María gratia plena".

Las principales variantes españolas, portuguesas, alemanas, francesas, inglesas, danesas y judías del apellido FREIRE son FRIE, FREER, FRIER, FRERE, FRAYER, FREAR, FREE, FREIE, FREY, FREYRE, FRIES, FREASE, FRYER, FRIERSON y FRIEZE.

Este linaje es el mismo de Andrade, pues desde tiempo inmemorial sus caballeros han usado unidos ambos apellidos, siendo idénticas sus armas.

domingo, 18 de mayo de 1997

Caperucita Roja ... políticamente correcta

Érase una vez una persona de corta edad llamada Caperucita Roja que vivía con su madre en la linde de un bosque. Un día, su madre le pidió que llevase una cesta con fruta fresca y agua mineral a casa de su abuela, pero no porque lo considerara una labor propia de mujeres, atención, sino porque ello representaba un acto generoso que contribuía a afianzar la sensación de comunidad. Además, su abuela no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud física y mental y era perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que era.

Así, Caperucita Roja cogió su cesta y emprendió el camino a través del bosque. Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Caperucita Roja, por el contrario, poseía la suficiente confianza en su incipiente sexualidad como para evitar verse intimidada por una imaginería tan obviamente freudiana.

De camino a casa de su abuela, Caperucita Roja se vio abordada por un lobo que le preguntó qué llevaba en la cesta.

-Un saludable tentempié para mi abuela quien, sin duda alguna, es perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que es -respondió.

-No sé si sabes, querida -dijo el lobo-, que es peligroso para una niña pequeña recorrer sola estos bosques.

Respondió Caperucita:

-Encuentro esa observación sexista y en extremo insultante, pero haré caso omiso de ella debido a tu tradicional condición de proscrito social y a la perspectiva existencial -en tu caso propia y globalmente válida- que la angustia que tal condición te produce te ha llevado a desarrollar. Y ahora, si me perdonas, debo continuar mi camino.

Caperucita Roja enfiló nuevamente el sendero. Pero el lobo, liberado por su condición de segregado social de esa esclava dependencia del pensamiento lineal tan propia de Occidente, conocía una ruta más rápida para llegar a casa de la abuela. Tras irrumpir bruscamente en ella, devoró a la anciana, adoptando con ello una línea de conducta completamente válida para cualquier carnívoro. A continuación, inmune a las rígidas nociones tradicionales de lo masculino y lo femenino, se puso el camisón de la abuela y se acurrucó en el lecho.

Caperucita Roja entró en la cabaña y dijo:

-Abuela, te he traído algunas chucherías bajas en calorías y en sodio en reconocimiento a tu papel de sabia y generosa matriarca.

-Acércate más, criatura, para que pueda verte -dijo suavemente el lobo desde el lecho.

-¡Oh! -repuso Caperucita-. Había olvidado que visualmente eres tan limitada como un topo. Pero, abuela, ¡qué ojos tan grandes tienes!

-Han visto mucho y han perdonado mucho, querida.

-Y, abuela, ¡qué nariz tan grande tienes!... relativamente hablando, claro está, y a su modo indudablemente atractiva.

-Ha olido mucho y ha perdonado mucho, querida.

-Y... ¡abuela, qué dientes tan grandes tienes!

Respondió el lobo:

-Soy feliz de ser quién soy y lo qué soy -y, saltando de la cama, aferró a Caperucita Roja con sus garras, dispuesto a devorarla.

Caperucita gritó; no como resultado de la aparente tendencia del lobo hacia el travestismo, sino por la deliberada invasión que había realizado de su espacio personal.

Sus gritos llegaron a oídos de un operario de la industria maderera (o técnico en combustibles vegetales, como él mismo prefería considerarse) que pasaba por allí. Al entrar en la cabaña, advirtió el revuelo y trató de intervenir. Pero apenas había alzado su hacha cuando tanto el lobo como Caperucita Roja se detuvieron simultáneamente.

-¿Puede saberse con exactitud qué cree usted que está haciendo? -inquirió Caperucita.

El operario maderero parpadeó e intentó responder, pero las palabras no acudían a sus labios.

-¡Se cree acaso que puede irrumpir aquí como un Neandertalense cualquiera y delegar su capacidad de reflexión en el arma que lleva consigo! -prosiguió Caperucita-. ¡Sexista! ¡Racista! ¿Cómo se atreve a dar por hecho que las mujeres y los lobos no son capaces de resolver sus propias diferencias sin la ayuda de un hombre?

Al oír el apasionado discurso de Caperucita, la abuela saltó de la panza del lobo, arrebató el hacha al operario maderero y le cortó la cabeza. Concluida la odisea, Caperucita, la abuela y el lobo creyeron experimentar cierta afinidad en sus objetivos, decidieron instaurar una forma alternativa de comunidad basada en la cooperación y el respeto mutuos y, juntos, vivieron felices en los bosques para siempre.