Esta historia fue recogida en la película "Traffic" de Steven Soderbergh y muchos rusos afirman que fue verídica. Se dice que cuando Nikita Jrushchov (Kruschev) iba a entregar el poder a Leónidas Brezhnev en 1964, lo hizo llamar y le dio dos cartas cerradas. Le dijo: “Cuando tenga un problema serio en su gobierno que amenace su integridad política y no encuentre ninguna salida, abra la primera carta. Si pasa el tiempo y vuelve a encontrarse en la misma situación, entonces abra la segunda carta.”
Ante la crisis que vivía la U.R.S.S., Brezhnev no tardó en abrir la primera carta. En ella pudo leer: “Écheme la culpa de todo.”.
Así lo hizo, culpó de todos los problemas de la U.R.S.S. a su antecesor y con ello consiguió ganar tiempo. Sin embargo transcurrían los meses y los problemas no hacían más que agravarse, por lo que decidió abrir la segunda carta. En ella ponía: “Siéntese y escriba dos cartas”.